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domingo, 27 de febrero de 2011

Al cole.

La esperanza de vida del ser humano es de 80 ó 90 años aproximadamente. De ellos un ciudadano en una sociedad avanzada ocupa los primeros 23 ó 24 en aprender a desenvolverse en el mundo en que vive. Si realmente quiere conocerlo bien deberá emplear el resto de su vida y, aún así, no lo conseguirá completamente.


El ser humano ha creado un mundo tan complejo que ni él mismo entiende.
¡Al cole!, ¡Vamos que llegamos tarde!. ¡Hoy tengo el de mates!, ¡Pobrecito, si sólo son las seis de la mañana, tan pequeño!,¡No, la nota no me dio para medicina!, ¡Sí, sí, es un colegio carísimo!, ¡Lo de siempre, el inglés!,Por fin terminé y ¿ahora qué?...

Yo creía que era imposible, pero hace unos días escuché en la radio la noticia del avistamiento desde un helicóptero de una tribu hasta ahora desconocida en la selva del Amazonas. Al parecer y aunque parezca un milagro, viven en una región inexplorada por lo que nunca han podido tener contacto con nadie fuera de su territorio. Ello hace que su forma de vida sea de gran interés al no estar contaminada por el progreso.

El gran dilema que yo planteo es el siguiente:

¿Se debe establecer contacto con ellos y hacerles partícipes de nuestra sociedad avanzada o por el contrario debemos dejarles que sigan siendo felices?

lunes, 14 de febrero de 2011

Jugando a las canicas.


Mi turno.
A ver, a ver. Estoy bastante lejos, pero voy a intentar ir a por la de Miguel. Me gusta mucho más la “china” azul y amarilla de Pedro, pero no creo que pueda alcanzarla desde aquí.

-¡Miguel: a por la tuya!

Me miró con algo de indiferencia, esa canica no le importaba demasiado, era “normal”.

Clavé los ojos en la bola. Era roja y verde, de cristal y sí, era muy “normal”, pero si todo salía bien podría acercarme a la que realmente me interesaba, la de Pedro. El día anterior había ganado dos parecidas en el “triángulo”, pero esta era mucho más bonita y rara.

Estaba a tres pasos de mí y a un paso del “gua”, era perfecto. Apunté bien y lancé con el pulgar.

Allá va …

Mi bola describió una parábola y al bajar “atiné” de pleno. Un choque perfecto que mandó la bola de Miguel más allá de la raya. La mía se quedó “clavada” a tres cuartas. Fue muy fácil medir una y hacer “cholón”.

Ahora sólo me hace falta un poco de suerte y, desde aquí, acertar a la “china”. No está muy lejos y seguro que hoy la gano. Hace muchos días que estoy detrás de esa bola y ahora tengo la oportunidad.

¿Continuará? …

martes, 8 de febrero de 2011

Amanece

La ciudad se despierta, a regañadientes, pero lo hace. Miles de coches inundan calles y carreteras, miles de personas abarrotan los andenes del tren, del metro y de las paradas de autobús. El enorme monstruo se mueve desplegando una actividad frenética. Prisas, atascos, nervios ... ¡Como cualquier otro día!

Como cualquier otro día hoy se consumirán millones de metros cúbicos de agua. Los mercados abastecerán toneladas de alimentos. Hoy se arruinarán decenas de empresas y se enriquecerán otras tantas. Hoy morirán muchas personas y nacerán otras para compensar. Hoy se romperán ilusiones, nacerán nuevos amores, se reencontrarán padres e hijos. Hoy los políticos harán algunas actuaciones y dejarán de hacer otras.
En fin, hoy pasarán muchas cosas.

Mientras conduzco la radio me lo cuenta todo. Me informa de todo lo que está pasando, de lo que ha pasado y hasta de lo que va a pasar.
Agradezco de corazón que toda esa actividad diaria sea filtrada e interpretada por los gurús del saber y que pongan a mi disposición la información ya depurada y limpia para que yo pueda asimilarla fácilmente, de modo que:

A todos los comentaristas, tertulianos, visionarios y demás fauna: gracias por pensar por mí. Vosotros tutelais mis razonamientos y me preparáis cuando amanece para tener una opinión propia durante el resto del día.