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martes, 22 de abril de 2014

La puerta


Al llegar al Puente del Molino Romero se detuvo para descansar un rato. El paraje estaba precioso.
Hierba, árboles  y flores pugnaban por ofrecer los contrastes más vivos de color. El agua rugía bajo el arco de piedra y formaba una pequeña y  ruidosa catarata.

Al mirar hacia atrás se topó de nuevo con aquella semiderruida construcción  de troncos.  Ya la había dibujado en otra ocasión, pero aun así sacó el bloc y el lápiz. Buscó un buen encuadre y comenzó.

Diez minutos después ya había terminado. ¡No ha quedado mal!

Guardó los bártulos y retomó el camino. Los pájaros estaban especialmente activos, sus trinos se mezclaban en un concierto caótico, pero agradable.

El camino se iba estrechando hasta que la maleza apenas le permitía pasar.
Por fin divisó su destino: al fondo, tras una pequeña subida, una puerta enrejada roja y unos pilares blancos.
Tras buscar una piedra suficientemente grande para sentarse en ella la colocó, sacó las acuarelas y la botella de agua, el bloc, los pinceles, el papel secante y la inspiración.


Fue un bonito  día.

martes, 15 de abril de 2014

¿Quién puede matar a un pollo?




Sobre todo en las ciudades nos declaramos incapaces de sacrificar un pollo o un conejo para comérnoslo, ¡que salvajada! ¡Con esos ojitos!
Sin embargo no ponemos reparo en hincarle el diente al jugoso solomillo que nos han puesto delante. Así  somos.

Lo cierto es que todos los días se sacrifican miles de animales para nuestro alimento, si bien preferimos que otros hagan el trabajo “sucio” y nos justificamos con aquello de “bueno si, pero les ponen unos electrodos en la cabeza y no  sufren nada,…”

El hombre es el mayor depredador de la Tierra, muy por delante de cualquier otro ser viviente. Nos lo comemos todo:  pollos, conejos, vacas, ballenas y cualquier bicho que se ponga a nuestro alcance, bueno al alcance de la mano en el supermercado porque al parecer todos estos alimentos crecen en los estantes. No hay remordimientos porque, en la mayoría de los casos, su aspecto nada tiene que ver con el animal original. La publicidad y las empresas especializadas se ocupan de suavizar y enmascarar la realidad para que el individuo solamente tenga que disfrutar consumiéndolo.

Esto permite que comas pollo aunque no te guste,  pescado aunque lo odies y disfrutarás con esos sobrantes del matadero en forma de maravilloso pastel. Además podrás saborear esos ... como sea que se llamen que están hechos de ... lo que sea que contengan, pero que tienen un delicado sabor a marisco.




miércoles, 9 de abril de 2014

Pide un deseo.


Después de mirar el techo durante un rato dijo:

-Ya lo tengo. Mi deseo es que la c…
-¡NO LO HAGAS! Si lo dices en voz alta no se cumplirá.

Me miró fijamente.
Poco a poco sus ojos se fueron llenando de lágrimas y, tras un eterno silencio, me dijo:

-¡Es que si no te lo digo no podrá cumplirse nunca!

Volvió a quedarse en silencio.
Su cara enrojeció y de pronto me espetó:

 - Si lo digo no se cumplirá y si no lo digo no se cumplirá tampoco, ¿de qué me sirve pedir el deseo? Es un juego estúpido.

 Mientras desaparecía tras un fortísimo portazo me esforcé en buscar una forma de consolarle, pero no lo conseguí.