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jueves, 29 de abril de 2010

La Punta del Boquerón

Los humanos somos seres sociales, lo dice la Ciencia y nos lo recuerdan todos los días con sus leyes los eternos poseedores de las verdades absolutas. Pero a diferencia de otras especies como hormigas o abejas, el individuo de nuestra especie aprovecha cualquier oportunidad para buscar espacios de soledad en los que evadirse de su realidad cotidiana. Cuando encuentra uno lo disfruta efímeramente y luego se pasa el resto del tiempo añorándolo.
Yo, que no dejo de ser otro ladrillo en el muro, también tengo algún paraíso perdido.

viernes, 23 de abril de 2010

Casi a diario


Con motivo de la celebración del centenario del inicio de las obras que darían lugar a la Gran Vía madrileña, hemos tenido oportunidad de ver imágenes de todo tipo relacionadas con esta calle. Antiguas, modernas, supermodernas… Algunas bellísimas y otras aún más bellas. En color, en blanco y negro. Con perspectiva aérea, desde el suelo, incluso desde el subsuelo…
Yo me quedo con esta por su simplicidad, por su sinceridad, por su cotidianeidad y porque es como la he estado viendo casi a diario durante los plomizos dias de este lluvioso y nevado invierno.

miércoles, 21 de abril de 2010

El ventanuco


La fachada corresponde a una casa abandonada hace muchos años. A menudo paso delante de ella y nunca puedo resistirme a mirar a través de la ventana de lo que un día fue la cocina. En su interior los escombros, resultado del desplome del tejado, están cubiertos casi totalmente por la hierba y la higuera va ganando altura. La Naturaleza y su intento por recuperar un espacio que en su día le perteneció. Luego pienso en la gente que habitó esta casa, en su vida, sus ilusiones, sus deseos…. ¡Deben haberse hecho miles de comidas en ese rincón del fondo! Si hoy la traigo aquí es porque tiene los días contados; van a convertirla en un garaje.

viernes, 16 de abril de 2010

Carril bici


Los frenos chirriaron y el ciclista se paró bruscamente.
-¿Necesitas ayuda? –preguntó.
-No, gracias – respondí. Es sólo un pinchazo y ya estoy terminando
-Bien, entonces adiós.
Adiós, y gracias nuevamente.
¡Vaya!- pensé- Llevo parado diez minutos y es el quinto extraño que se para a ofrecerme ayuda. Reconforta constatar la solidaridad que existe entre los miembros de algunos colectivos que sacan lo mejor de sí para ofrecerlo a otro que se encuentra en apuros.
Luego pensé en la calle, en el tráfico, en el metro… pero rápidamente dejé de pensar, recogí las herramientas y continué la ruta. Apenas tres kilómetros mas adelante encontré parado en la cuneta a un compañero anónimo con la rueda desmontada. Ya sabéis lo que pasó.

martes, 13 de abril de 2010

Punto de vista


Desde lo alto de su pedestal la estatua es testigo privilegiado del acontecer diario. Su posición elevada le permite divisar hechos lejanos a los que las figuras que rodean su base no llegarán jamás. Puede ver por encima de los árboles, detrás del seto e incluso más allá del estanque. Hay algo de arrogancia en el hecho de poseer esa ventaja. Su información es más amplia y completa, por tanto su opinión ha de ser más certera. El escultor la situó ahí sin duda porque sabía de su valía. Absorta en sus elucubraciones no cae en la cuenta de su imposibilidad para girar la cabeza

lunes, 12 de abril de 2010

Gadir


Desde que los fenicios pusieran la primera piedra hacia el año 1100 A.C. en Cádiz se han sucedido muchos acontecimientos. Algunos sumamente importantes para la Historia, otros de innegable trascendencia política y social. Más de tres mil años de existencia dan para mucho. Pero hay uno que sucede todos los días del año y que no por repetido deja de emocionar al observador. Contemplar la puesta de sol en esta latitud y con el océano de fondo es toda una experiencia. Quizá los tirios descubrieron en este enclave algo más que sus ventajas estratégicas, militares y comerciales. Quizá les influyó la forma en la que el astro rey se sumerge en los dominios de Yam.

viernes, 9 de abril de 2010

Luchar contra el destino



Sobre la base de una basílica visigoda del siglo VII se erigió la ermita de la Concepción.
Ni el paso de los siglos ni la barbarie de las guerras pudieron con ella. Tuvo que ser la dejadez y el abandono de sus fieles lo que dieron con sus piedras en el suelo a finales del siglo pasado.
Consumida por la maleza se resistió a desaparecer. Sus arcos centrales lucharon contra la gravedad y su bóveda apretó contra sí los preciosos frescos medievales que la adornaban. Muchos decían que era una pena... pero la vida sigue. Afortunadamente esta historia tiene final feliz. La generosidad de unos y el deseo de otros hicieron el milagro: recuperar una figura del pasado que se negó a sucumbir a su destino. Actualmente esta totalmente reconstruida y es punto de referencia para los que hacen “trekking”. La acuarela muestra la ermita unos meses antes de su restauración.

Algo diferente


Ya llegó la primavera, ¡por fin! Los campos se llenan de vida y color regalándonos imágenes impagables e induciéndonos un estado de ánimo vital, alegre,… especial.
Pero este año, además, hay algo distinto: un sonido. Hacía mucho tiempo que tras la pared de la vega no se escuchaba rugir al río. Si acaso el cascabeleo de un chorro de agua y las mas de las veces ni eso. Pero hoy es distinto, la fuerza del agua ensordece el canto de los pájaros y hay que levantar la voz para escucharse. Aquí no importa el volumen que baja de la montaña, el río se basta para encauzarlo y evitar que sobrepase sus límites. Es río viejo y su curso fue dibujado por la naturaleza. Si dejamos que haga su trabajo sin obstaculizarle el agua siempre será un regalo.

Doñana



Ajenos a las actividades humanas estos flamencos buscan alimento en la marisma. No hay planes a futuro; no hay dudas sobre si el agua seguirá aquí mañana. Se vive el presente. En su cabeza de pájaro no cabe la lógica del hombre ni sus previsiones, tan solo la certeza de la existencia actual del preciado líquido y por consiguiente de los tesoros que contiene. Si por casualidad, o no, esas actividades ignoradas hicieran desaparecer los humedales ellos migrarían a otro lugar y nosotros habríamos perdido la oportunidad de aprender una gran lección.
Aunque, claro, nuestra sociedad no es la de los pájaros

jueves, 8 de abril de 2010

Uyuni


Esta acuarela muestra una antigua locomotora abandonada en el cementerio de trenes de Uyuni en Bolivia. Desgraciadamente no he estado allí nunca, pero cuando descubrí este lugar me impresionó enormemente. Como fantasmas anclados en las arenas, cientos de máquinas y vagones dispersos por el interminable paisaje del altiplano nos hablan del pasado glorioso de una ciudad a la que los hombres abandonaron egoístamente cuando no fue capaz de colmar su ansias de riquezas.