bienvenido

bienvenido

viernes, 16 de abril de 2010

Carril bici


Los frenos chirriaron y el ciclista se paró bruscamente.
-¿Necesitas ayuda? –preguntó.
-No, gracias – respondí. Es sólo un pinchazo y ya estoy terminando
-Bien, entonces adiós.
Adiós, y gracias nuevamente.
¡Vaya!- pensé- Llevo parado diez minutos y es el quinto extraño que se para a ofrecerme ayuda. Reconforta constatar la solidaridad que existe entre los miembros de algunos colectivos que sacan lo mejor de sí para ofrecerlo a otro que se encuentra en apuros.
Luego pensé en la calle, en el tráfico, en el metro… pero rápidamente dejé de pensar, recogí las herramientas y continué la ruta. Apenas tres kilómetros mas adelante encontré parado en la cuneta a un compañero anónimo con la rueda desmontada. Ya sabéis lo que pasó.