bienvenido

bienvenido

lunes, 3 de mayo de 2010

Downhill


Sí ya sé, es peligroso, imprudente, arriesgado, pero... ¿Cómo resistirse a la tentación?
Dos horas y media de penosa subida y ahora ante mi quince minutos de frenética bajada.
Mientras las piedras golpean violentamente en el pedalier y los discos, yo me aferro fuertemente al manillar sintiendo que el corazón se queda sin espacio en el pecho y la adrenalina se sale por los ojos. Mi ángulo de visión se ha reducido enormemente y sólo existe aquello que se encuentra a tres metros por delante de la rueda. De pronto una rama en el suelo amenaza con enviarme al hospital.
No hay tiempo para esquivarla, de modo que empujo la horquilla hacia abajo y después tiro de la bici hacia arriba con todas mis fuerzas al tiempo que flexiono las piernas. Resultado: un salto que me hace salvar el escollo. Pienso "benditos pedales automáticos". Seguimos ...
Siento la velocidad en la cara y me olvido de todo hasta que el odioso pitido del despertador me indica que es hora de levantarse.¡Canalla, ni siquiera me has dejado terminar ! Mientras me ducho pienso que este fin de semana habrá ruta.